La etapa de la niñez y la adolescencia está marcada por numerosos cambios en el desarrollo físico y psicológico, en ocasiones los niños tienen dificultades para adecuarse a estas demandas y cambios. El psicólogo va a proporcionar una guía para mejorar esta adaptación y disminuir el malestar tanto en el niño como en los familiares.
El primer paso es recibir a la familia y al niño, el papel de la familia va a ser fundamental tanto en el diagnóstico como en el tratamiento psicológico, su implicación será una de las variables para aumentar el bienestar del niño.
Primero establecemos un diagnóstico, a través de entrevistas y pruebas, esta fase suele tener una duración de dos o tres sesiones en las que vamos a estudiar cuál es la dificultad que existe, los factores causantes y mantenedores, ya que esto nos permitirá establecer una intervención ajustada y de éxito.
Rabietas, celos, desobediencia. Es habitual que los niños presenten algunas de estas conductas a lo largo de su desarrollo. ¿Cuándo se considera un problema? Cuando son de alta frecuencia e intensidad, e impiden el adecuado ajuste a normas o límites en la familia o en la escuela.
El niño presenta algunos de los siguientes síntomas, durante un período de tiempo prolongado y son de tal intensidad, que interfieren en sus estudios o en la vida familiar o social.
No presta atención suficiente a los detalles o incurre en errores por descuido en las tareas escolares o en otras actividades. Tiene dificultades para mantener la atención en tareas o en actividades lúdicas. Parece no escuchar cuando se le habla directamente, no sigue instrucciones y no finaliza tareas escolares, encargos, u obligaciones en el centro de trabajo (no se debe a comportamiento negativista o a incapacidad para comprender instrucciones). Tiene dificultades para organizar tareas y actividades, evita, le disgusta o es renuente en cuanto a dedicarse a tareas que requieren un esfuerzo mental sostenido (como trabajos escolares o domésticos). Extravía objetos necesarios para tareas o actividades (p. ej. juguetes, ejercicios escolares, lápices, libros o herramientas), se distrae fácilmente por estímulos irrelevantes, es descuidado en las actividades diarias.
Mueve en exceso manos o pies, o se remueve en su asiento, abandona su asiento en la clase o en otras situaciones en que se espera que permanezca sentado, corre o salta excesivamente en situaciones en que es inapropiado hacerlo, tiene dificultades para jugar o dedicarse tranquilamente a actividades de ocio, “está en marcha” o suele actuar como si tuviera un motor.
Habla en exceso, precipita respuestas antes de haber sido completadas las preguntas, tiene dificultades para guardar tumo, interrumpe o se inmiscuye en las actividades de otros (p. ej. se entromete en conversaciones o juegos).
Los problemas para dormir son muy comunes durante los primeros años de edad de los niños. Pueden ser el resultado de nuevos sucesos y cambios en la rutina diaria.
Pueden aparecer diferentes trastornos (insomnio, pesadillas, terrores nocturnos). Uno de los más comunes, es el insomnio infantil.
El insomnio infantil es un trastorno que se caracteriza por:
Reacciones desproporcionadas y desadaptativas del niño ante objetos, personas o situaciones que no entrañan peligro. ¿En qué se traduce en el comportamiento del niño? En inseguridad, comportamientos infantiles para su edad, dependencia excesiva de las personas adultas, conductas de evitación y escape.
La enuresis (“hacerse pipi”) es un problema relativamente común en la infancia. Puede ser diurna y/o nocturna. Se estima que, a partir de los 3 años, un niño debe controlarse durante el día, y a partir de los 6 años durante la noche. Se calcula que un 20% de niños de 5 años padecen enuresis nocturna. Si no hay control debe realizarse tratamiento reeducativo de orientación conductual.
Las dificultades en la alimentación son habituales en la niñez y están caracterizadas por la oposición del niño a comer determinados alimentos, manías, dificultad en la masticación. Estas conductas pueden dificultar la dinámica familiar.
Durante la adolescencia pueden aparecer trastornos alimenticios de mayor gravedad como anorexia nerviosa, bulimia y trastorno por atracones. Este tipo de trastornos requieren de una intervención temprana, ya que pueden agravarse en el tiempo.
¿Qué es la ansiedad?
Ansiedad, es un concepto, muy extendido hoy en día, pero hay muchas personas, que no conocen realmente que significa y que incidencia tiene. La ansiedad, es una respuesta de alarma de nuestro organismo, ante situaciones, que percibimos de manera subjetiva como un peligro.
Nuestro cuerpo reacciona, preparándose para dar una respuesta a esta situación de alarma. Es, en este momento, cuando aparecen los síntomas reconocibles de la ansiedad como son: respiración entrecortada, sensación de ahogo, taquicardia y tensión muscular; que a su vez se acompañan de pensamientos negativos y catastróficos. Esta respuesta de alarma, nos lleva de manera instintiva a evitar el peligro o salir huyendo de la situación.
Trastornos de ansiedad más frecuentes en los niños y adolescentes:
Tanto la depresión infantil como la del adolescente se caracterizan por un estado de ánimo bajo o irritabilidad persistente, acompañada además por alguno de estos síntomas:
Alteraciones del apetito. Baja autoestima. Falta de concentración. Problemas académicos. Desinterés y falta de motivación .Sentimiento de desesperanza y culpa. Trastornos del sueño.
Otras manifestaciones son el comportamiento agresivo, retraimiento social, quejas somáticas.
Es difícil aceptar que un niño o un adolescente puedan estar tristes o deprimidos, pero una detección a tiempo evitará el empeoramiento del problema.
Se trata de un conjunto de trastornos caracterizados por retrasos y alteraciones cualitativas en el desarrollo de las áreas sociales, cognitivas y de comunicación, así como un repertorio repetitivo, estereotipado y restrictivo de conductas, intereses y actividades. En la mayoría de casos, el desarrollo es atípico o anormal.
Los T.G.D. constituyen, pues, a pesar de los intentos de clasificarlos debidamente, un panorama muy heterogéneo y en el que el Autismo tiene un papel protagonista dadas sus peculiaridades y características.
Actualmente, va cobrando mayor uso la denominación de T.E.A. (Trastornos del espectro autista) para referirnos a este conjunto de trastornos que comparte una sintomatología nuclear común. La capacidad intelectual podrá variar desde el retraso normal a una capacidad intelectual media o media-alta. La conducta en estos pacientes se mostrará en diferentes grados pero siempre vinculada a la alteración en la capacidad para establecer relaciones sociales, a la ausencia de empatía y el desarrollo de un repertorio conductual estereotipado y limitado sólo a ciertas áreas de su interés.
En Estima ofrecemos servicio de logopedia, siendo nuestro objetivo la detección, prevención y tratamiento de aquellos déficits, dificultades o trastornos que pueden presentar los niños en el lenguaje, tanto a nivel compresivo como expresivo.
Los principales trastornos que trabajamos son los siguientes:
El niño presenta un retraso en la aparición o en el desarrollo de todos los niveles del lenguaje (fonológico, morfosintáctico, semántico y pragmático), que afecta a la comprensión y especialmente a la expresión.
Presenta un trastorno en la articulación de algún fonema, o bien por ausencia o alteración o por la sustitución de éstos por otros fonemas de forma incorrecta.
Realizamos informes periciales en el área de familia. Este tipo de informes se necesitan en ciertos procesos judiciales, como un divorcio o separación. Tras una evaluación psicológica exhaustiva del menor y de la familia, se hace un valoración de la situación, estableciendo una conclusión y recomendando las medidas que beneficien en mayor grado al menor.
También ofrecemos el servicio de informes periciales para adultos en las áreas de: valoración de secuelas psicológicas, incapacidad, adicciones, mobbing etc.
Terapia individual en problemas de ansiedad, estrés, depresión y problemas en el estado de ánimo, dificultades en las relaciones sociales, duelo, problemas alimentarios, problemas de sueño, problemas derivados del padecimiento de violencia, abusos, acoso laboral, etc.
Este servicio está especializado en el tratamiento de:
Psicología Escolar: a veces, el rendimiento en la escuela no es el esperado en función de la edad y curso académico de los niños. Es fundamental detectar la causa de las dificultades para poder intervenir lo antes posible.
¿Qué tratamos?
¿En qué consiste el tratamiento?
Cuando se establecen las necesidades educativas del niño, se puede precisar el apoyo que necesita para mejorar el desarrollo de sus aprendizajes, mediante reeducación, rehabilitación, o adquisición de estrategias de aprendizaje o técnicas de estudio.
Realizamos evaluación y tratamiento psicofarmacológico de problemas tales como el trastorno por déficit de atención con/sin hiperactividad, alteraciones conductuales y del comportamiento, trastornos del espectro autista, trastornos de conducta alimentaria, cuadros depresivos, ansiedad, manías/obsesiones, tics, trastornos del sueño, consumo de drogas, abuso de nuevas tecnologías.
Ofrecemos un espacio para abordar las crisis que aparecen en las familias, orientando con pautas específicas que ayuden a superar las dificultades, mejorar las relaciones entre los miembros y ayudar a la eficacia del tratamiento.
Ayudamos a las parejas a que sean conscientes de la forma en que están comprometidos en la relación, y en los conflictos derivados de las incompatibilidades entre ambos. Trabajamos aspectos que tienen que ver con la amenaza al vínculo creado entre dos personas, que se traduce en puntos conflictivos como son: perdida de la confianza, falta de organización en hogar, ausencia o deficiencia en la comunicación, desacuerdo en las pautas de crianza y educación de los hijos/as, problemas sexuales, superación de rupturas anteriores y dificultades en la creación de “nuevas familias”, etc.